01 septiembre 2008

Caballitos

Se acabó agosto. Otro verano más a las espaldas y otras "vacaciones" pasadas. Esta época suele ser, para muchas personas, un inicio del año laboral, que se termina a finales de julio. Y para los estudiantes, la época del año en que empieza el curso.

Desde que dejé de estudiar, nunca he considerado esta fecha como el comienzo del trabajo, porque hasta hace bien poco, trabajaba en hostelería y agosto era el mes más fuerte, pero en mi profesión actual, aunque no llegue a parar del todo en agosto, sí que te resulta difícil trabajar a tope, porque no hay casi nadie activo.

El caso es que todo este rollo viene a que, hoy, por fin me he decidido a publicar algo en Lulu. De momento, algo gratuito (para cobrar tendré que dedicarle más tiempo, que si alguien se decide a gastarse dinero, lo suyo es ofrecerle algo interesante a cambio). Podéis ver la tienda, ciberocupada como el nombre de esta bitácora en:

http://stores.lulu.com/sinciforma

y la obrita en cuestión (tres o cuatro páginas) en:

http://www.lulu.com/content/3887058

Lo positivo, que por fin he empezado a probar por aquí, a ver que pasa. Lo negativo, que me estoy haciendo muy mayor. Escribí ese cuento en 1997... once años.

Que lo disfrutéis.

2 comentarios:

Lillu dijo...

Bah, nada de hacerse mayor! Si yo te contara cuando empecé a escribir mi primera novela, aún guardada por aquí en folios escritos a mano... XDD (sí, fue incluso antes del 97 :P) Revisada ahora está tan pasada de moda que a veces pienso que no merece la pena ni actualizarla.

He leído tu cuento y me parece que está muy bien. Admiro mucho la capacidad para escribir algo bueno y con sentido en sólo cuatro folios porque, lamentablemente yo no tengo dotes para el cuento, ni el relato corto, ni nada de menos de 90 páginas XDDD Así empiezo a escribir y nunca termino, es como una tortura psicológica, jaja.

Ánimo con ese libro de cuentos, seguro que estará genial.

saluditos!

Juan dijo...

Hola

¡¡¡Muchas gracias por leerlo!!! Me alegro de que te haya gustado. Este es uno de los relatos más breves que tengo, o al menos, lo era hace 11 años. Normalmente, los cuentos que escribo son de 6 u 8 páginas, y en algunos he llegado al doble, pero son los menos. Con esto de los Cuentacuentos, en los que he participado mucho tiempo, volví a los de este tamaño y más breves.

A mí me pasa lo mismo que a ti, pero con los novelistas. Admiro a la persona que es capaz de idear una historia y poder dedicar cientos y cientos de folios a describir a los personajes, hablar del mundo que ha creado, ir detallando la trama, recordar decenas de personajes y situaciones y no liarse a la hora de escribir. Alguna vez me ha pasado que una historia se me ha alargado más de la cuenta, y mi problema es que empiezo a perder el hilo de la historia, a escribir cada vez menos hasta que acabo abandonándola. Así que enhorabuena al que es capaz de seguir tras 200 folios a sus espaldas.

Lo que pasa es que la narrativa breve y la novela son dos artes completamente diferentes. Ni un cuento es una novela muy resumida, ni una novela es un cuento de 300 páginas. Salvo algunos escritores, que dominan los dos, lo más habitual es que un buen cuentista no se sienta cómodo escribiendo una novela, y al revés.

Por cierto, eso de escribir y escribir y no terminar... A mí me pasaba, pero con los cuentos, lo que era especialmente grave :-D. Este cuento, Caballitos, fue el sexto que escribí, pero yo llevaba escribiendo cosas desde hacía cinco o seis años, pero nunca era capaz de acabar nada. Hasta que un día, en vez de intentar terminar uno de los inconclusos, me dio por empezar una historia que había ideado varios años antes. Y en menos de una semana la terminé. Creo que la única diferencia, y la razón por la cual la terminé, fue que la tenía entera en la cabeza, en todos sus detalles. Desde entonces, termino casi todo lo que empiezo.

Y gracias por los ánimos. Para hacer el libro lo que me hace falta es tiempo, para maquetarlo y para resolver toda la burocracia, pero espero hacerlo no muy tarde :-).

Un saludo.

Juan.